Inminente acuerdo entre patronal y sindicatos para promover la incineración en cementeras

Fuentes próximas al gobierno regional cántabro nos informan de que se ha producido un acuerdo entre los sindicatos mayoritarios y la patronal cementera, que extiende al ámbito nacional el firmado en el año 2002, entonces sólo para Andalucía (ver acuerdo mesa sectorial 2002). Este acuerdo, al que se ha llegado en el mes de julio y que tiene prevista su firma formal en breves fechas, consiste en la aceptación por la mesa sindical del proyecto patronal para ampliar la actividad de las plantas cementeras de toda España a la incineración de residuos.

Organizados por ramas sectoriales, MCA por UGT (Metal, Construcción y Afines) y FECOMA por CCOO (Federación de la Construcción y la Madera) asumen el compromiso con la patronal de promover la incineración de residuos en la industria cementera, mientras en otros sectores de ambos sindicatos ha sentado muy mal esta decisión pues consideran que no supone ningún avance o mejora sindical y en cambio significa una losa social y sindicalmente. Entra, además, en grave contradicción con las propias líneas de acción sindical asumidas por unanimidad (CCOO) por el sector en el año 2001 (ver la 'guía sindical' sobre el tema publicada en diciembre de 2001).

Este acuerdo, que aún no se ha hecho público, se ampara en la Directiva 2000/76/CE, que regula la incineración de residuos, estableciendo las medidas de control y límites de las emisiones, así como los productos no admisibles, sistemas de protección y participación de los trabajadores, etc. Se crea también la figura del Delegado de Medio Ambiente, con una serie de ventajas en los puestos de trabajo añadidas a las del representante sindical, al mismo tiempo que se le exige 'sigilo' respecto a las informaciones a que tuvieran acceso en los centros de trabajo, convirtiendo así en reservada una información que debía ser pública por su impacto ambiental en el entorno de la cementera al que afectan sus emisiones, que puede ser de 30 Km o más en función de los vientos dominantes.

Por último, los acuerdos contemplan la creación de una Fundación, generosamente financiada por la patronal y gestionada de forma paritaria con las organizaciones sindicales firmantes, cuyo fin principal es concienciar y crear una cultura en la sociedad que acepte la valorización de residuos en la industria cementera, dando a conocer a la sociedad las 'ventajas' de esta valorización 'de forma segura para la salud y para el medio ambiente'.

Muy a pesar de Cementos Alfa, la firma de este acuerdo no legitima en modo alguno el proyecto que quiere imponer en Mataporquera, el cual adolece de carencias lo suficientemente graves como para que sea imposible su autorización por el gobierno cántabro. sin embargo sí intentará ser utilizado por la patronal cementera como aval para la transformación de sus instalaciones en gestores de residuos tóxicos, un lucrativo negocio hacia el que esta industria se dirige en los últimos años, ofreciendo a la administración la panacea de la eliminación de los molestos residuos mientras se hacen oídos sordos a las indignadas protestas de las poblaciones vecinas destinatarias de una contaminación que científicamente se revela cada vez como más peligrosa.

Aunque algunos sectores sindicales hagan tratos con la avariciosa patronal del ramo, ayudados por Fundaciones, CLIS y otros medios de propaganda, la creciente oposición hacia este tipo de prácticas que existe detro de los propios sindicatos y en la sociedad en general, supone un gran frente de oposición al que administración difícilmente puede sustraerse: el proyecto de incineración en Cementos Alfa ha recibido seis mil alegaciones de particulares y cuenta con el rechazo, cargado de razón, de colectivos de todo tipo y de numerosas empresas de la comarca que ven lesionados sus intereses. Si el gobierno cántabro otorga los permisos a Alfa a pesar de sus carencias y en contra de la sociedad de la comarca, estará cometiendo un grave error.


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